«La amenaza de la pandemia ha transformado por completo la estructura del centro. Aunque anteriormente los residentes ya estaban organizados por «hogares», acababan siempre mezclándose en actividades, según las diferentes capacidades o en zonas comunes movidos por relaciones de amistad. «Todo eso se tiene que romper y en un momento debes evaluar quién se va más a casa, quién lo hace menos, quién tiene una red familiar mayor… Todo ello para crear grupos burbuja y asegurarte de que nadie sale ni entra«. Por la misma razón, los residentes ya no pueden coincidir en actividades, así que se intenta agrupar a quienes tienen mayor afinidad, con todo lo que ello conlleva.»



